En algunas ocasiones podemos encontrarnos con situaciones complejas a lo largo de la vida, que pueden tener un impacto negativo en la salud física y psicológica, y ser consideradas como traumáticas. Algunas de estas situaciones pueden ser violencia, accidentes, muerte de familiares cercanos, catástrofes, abuso sexual…
Ante esto nuestro organismo responde para poder adaptarse y lograr una estabilidad emocional, como un mecanismo de defensa.
Es frecuente que puedan aparecer recuerdos y sueños recurrentes del suceso, tener la sensación de que se está reviviendo la experiencia, alucinaciones, episodios disociativos, produciendo malestar a todo aquello que recuerda lo vivido. Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos que recuerdan el acontecimiento. Evitación a todo aquello que lo recuerde (lugar, personas, objetos), sentimiento de culpa, enfado, miedo. Problemas de sueño, irritabilidad o ira, dificultad para concentrarse, hipervigilancia, sobresaltos frecuentes.
Todos estos síntomas pueden aparecer en la persona que ha vivido la situación compleja pero también pueden ser experimentados por los demás, al ser explicada o estar presente en el momento del suceso.
Los síntomas descritos son compatibles con lo que se denomina Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), pero para que exista un TEPT la situación no tiene porque ser excesivamente traumática, dependerá de cómo lo viva la persona, y será entonces cuando aparezca el trauma o no.
En general, los niños y los adolescentes son especialmente vulnerables, por su limitada capacidad para gestionar estresores físicos, psicológicos y ambientales, es por eso que el impacto puede ser más significativo. Por ello, es fundamental que su núcleo familiar le proteja y le cuide, de esta manera las consecuencias serán menos complejas.
Si las situaciones estresantes son muy graves, intensas o repetidas, pueden afectar de forma más dramática, y recibe el nombre de trauma complejo.
El concepto de trauma complejo aparece debido a que se ha observado que se pueden desarrollar unos traumas cuyos síntomas no se incluyen en el TEPT, como alteraciones en las relaciones con los demás, problemas médicos, alteraciones en la autopercepción, sentido crónico de culpabilidad y responsabilidad personal…
Hasta ahora se ha utilizado trastorno de estrés postraumático extremo no especificado para hablar de este trauma complejo.
En cuanto al tratamiento del trauma, La experiencia en adultos es que la técnica de exposición, ya sea en imaginación o en vivo, es un tratamiento eficaz del TEPT. Junto con esta técnica se emplean otras como técnicas de relajación o algunas estrategias cognitivas para modificar pensamiento. La duración del tratamiento no se puede especificar ya que depende de muchas variables, pero aproximadamente unas 8-16 sesiones de 60-90 minutos.
Bibliografía
Asociación Americana de Psiquiatría (APA, 2013). DSM-5. Hernández, L. Psicopatología y tratamiento del trastorno por estrés postraumático. Madrid, Ed Pirámide (2001, 2002).

Psicóloga Forense
Especialista en Estrés Postraumático